Para empezar quiero apoyar absolutamente la iniciativa del blog, de abrir un debate sobre un tema tan interesante como la búsqueda de nuevos usos para devolver a la vida una instalación abandonada como esta.
Me gustaría aportar un par de ejemplos que conozco sobre este tipo de intervenciones para terminar con una reflexión.
En primer lugar un ejemplo de uno de los estudio más importantes del mundo en este momento como es OMA/AMO dirigido por Rem Koolhaas. Se trata de un Masterplan para la rehabilitación de un complejo minero de extracción de carbón en Zeche Zollverein, Essen, Alemania. Esta intervención viene precedida del nombramiento de este espacio en 2001 por la UNESCO como patrimonio industrial, y por lo tanto su adaptación para espacio turístico y expositivo. Consiste en la construcción de unas edificaciones menores perimetrales que contienen las funciones principales de recepción de visitantes, lo que permite liberar a estos edificios y desarrollar en ellos actividades artísticas y culturales para los que tienen una (relativamente) fácil adaptación.
Más información en un artículo en mi blog , en esta página donde encontrareis más fotografías y en esta página, además de en el número 134-135 de la revista “El Croquis”
Como segundo ejemplo quería citar el trabajo de un paisajista alemán, llamado Peter Latz, que entre otra cosas, ha desarrollado un conjunto de actuaciones a las que denomina “Post-industrial Landscapes” (Paisajes post-industriales) en los que revitaliza áreas industriales que han quedado obsoletas, vacías y abandonadas, convirtiéndolas en parques públicos. Las imágenes, son realmente sugerentes (tomadas de la página web del estudio donde podéis ver más imágenes - Pictures: © Jane Sebire, Michael Latz, Latz + Partner).
Parco Dora, Torino, Italy
Landscape Park Duisburg Nord,
Pero en mi opinión las bondades de estos proyectos no residen únicamente en la belleza de sus imágenes, sino en el hecho de que tras ellas puede leerse de forma clara, una reflexión sobre la actuación en este tipo de instalaciones, que más allá de crear un jardín a su alrededor y montar unas exposiciones más o menos acertadas en su interior, plantean una visión estética de la fábrica como ruina. Pero no tanto a la manera de las ruinas clásicas, que se conservan aún a día de hoy en Grecia y Roma en un ambiente arqueológico, sino de una forma mucho más intensa y romántica, emulando quizá la imagen que de las ruinas góticas obtenían los paisajistas ingleses, un elemento indisolublemente unido a su entorno, interactuando con este, y añadiendo a la escena un punto dramático realmente bello.
Quiero acabar con dos imágenes ilustrativas, como son uno de los cuadros de Friedrich y una fotografía de un jardín de Lancelot “Capability” Brown desde las que podríamos intentar abstraernos e imaginar que sustituimos esa ruina gótica de piedra, por una ruina moderna, una ruina metálica y oxidada.
Sergio Martínez